Comunidad Terapéutica de Jóvenes: Visitas Domiciliarias

Las Visitas Domiciliarias (VD) son una estrategia de abordaje genera un buen nivel de cercanía y conocimiento sobre la población atendida y su realidad. De esta  forma se rompe con la tradicional relación de los programas de salud mental con sus usuarios, donde las atenciones no guardan relación con los contextos tradicionales.

El 51% de nuestros atendidos vive en una comuna distinta al lugar donde tiene domicilio la Comunidad Terapéutica. Este hecho hace que la estrategia del equipo para el archipiélago de Chiloé sea desplazarse en duplas de trabajo con el objetivo de establecer atenciones y acercamiento a los jóvenes atendidos, sus familias y entornos.  

El foco de la estrategia ‘Ecológica’

Faltan pocos minutos para que sean las 9 de la mañana del día miércoles 27 de junio y la dupla de terapeutas conformada por un psicólogo y un trabajador social ya están en el terminal rural de Castro, listos para tomar  el bus que los llevará a  la comuna de Quellón.  El objetivo de la Visita Domiciliaria es darle continuidad a los procesos terapéuticos mediante las intervenciones en terreno, acercando así el programa a los jóvenes.  Para este día se pretende visitar a la mayor cantidad de jóvenes quelloninos a los cuales se pueda contactar.

La pareja de terapeutas relatan que  una de las ventajas de salir hacia el territorio, es que favorece la adherencia y el reconocimiento territorial, como dar cuenta de la realidad de los jóvenes. Se les acompaña y a manera individual se abordan objetivos específicos de cada proceso. “Las intervenciones se realizan en el medio del joven, en su hogar, la calle, los lugares que frecuenta, la escuela, a veces con su familia o con su grupo de pares. También realizamos seguimientos con jóvenes que ya egresaron del programa”, aseguran.

 

Por su parte, los jóvenes que son visitados, poseen una buena disposición al tratamiento. Se le pregunta a una de las personas visitadas por nuestro que hacer, cómo lo ve; a lo que responde que él observa que somos un programa diferente, teniendo la experiencia de haber estado con otros, de carácter estructurados, obligatorios. Aprecia que se logre la confianza, agregando que puede ser él mismo, sin la necesidad de tener que congraciarse o responder bajo la expectativa de la institución, siendo voluntario su participación.

En tanto, el joven señala que este acompañamiento le ayuda en evaluar mejores sus decisiones, y a animarse a hacer cosas para ir superándose, describiéndolo como un empujoncito, ya que solo es más quedado y desorientado.

Luego de la VD, los terapeutas pueden concluir que “tenemos distintos procesos, algunos ya terminando, otros comenzando. En general la adherencia es buena, se reconoce esa vinculación. El mal tiempo afecta a que los jóvenes anden menos en la calle, o se muestren más concentrados en sus actividades. No encontramos a todos los jóvenes, teniendo que realizar el acompañamiento en algunos casos por teléfono para esta semana. Nos encontramos con un egresado para saber de él; se muestra cercano, afectuoso, siendo que su realidad ha cambiado poco, más bien se ha complejizado”, finalizan.

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